Con cariño, y profundo respeto comenzamos los Dolores y Gozos de San José.
A través de ellos comprendemos la importancia de José en la vida terrena de Jesús. Por su obra, su dedicación, imploramos su bendición:
Padre mío San José:
yo os felicito por la dicha,
por la honra,
por la gloria que os cabe
por ser esposo de la Madre de Dios,
de la Reina del cielo y de la tierra,
de los ángeles y de los hombres:
hacedme participante de vuestra
gran dicha
y felicidad en esta vida
y en la otra.